(Es la misma calle que la fotografía de cabecera).
No soy muy amigo de celebraciones, ni de promocionarme ni de publicar cosas donde otros hablen de mi, pero creo que esta es una ocasión especial para hacer una reseña. Ello es debido al décimo aniversario del blog. Si, diez años ya.
Un catorce de febrero de 2009 se ponía en marcha mi idea de aportar mis conocimientos sobre la despoblación. En aquellas fechas solo un blog sobre los despoblados valencianos navegaba por la red, algunas cosas sueltas, fotografías, textos y poco más
(Meses más tarde se me unieron Fernando, Cristian y Jesús con sus respectivos blogs en este apasionante viaje hacía los abismos del olvido y del abandono).
Aquella noche del 14 decidí "probar" con una entrada sobre el desaparecido pueblo de El Atance "a ver" que tal se veía el reportaje.
Me gustó. Pero... ¿gustaría a los posibles lectores? Muchas dudas e incertidumbres sobre cómo iba a responder la gente.
Los primeros días iban a ser clave. Las visitas eran escasas, tanto que un día solamente tuve cuatro. ¿Gustaría esto a la gente? ¿Hay muchas personas a las que les interese la despoblación?
Las visitas no aumentaban en demasía, aún así seguí con el trabajo, si la gente no lo ve pues por lo menos quedará como un archivo personal mío donde pueda ir recopilando todos los reportajes, pensaba yo para mí.
Hice nuevas publicaciones de reportajes y las visitas aumentaban. Esto empezaba a funcionar. Llegaban los comentarios, lo cual suponía una gran inyección de moral.
En mi afán de perfeccionamiento sabía que tenía que ir un paso más allá, si las primeras entradas eran solamente unas pocas fotografías con una breve reseña personal de lo que veía tenía que subir un escalón más. ¿Cómo? En los informantes estaba la clave. Ellos son los que tenían que aportar el toque extra a los reportajes. Poner la calidad, la exquisitez. Ellos me tenían que contar como era la vida en esos pueblos que yo intentaba sacar del olvido.
Tenía que entrevistarme con ellos, buscarlos, "adentrarme" en su terreno. No era tarea fácil, no sabía cómo iba a responder la gente cuando les contará que quería hacer reportajes de su pueblo para internet. No era internet una palabra muy al uso todavía y menos para la gente mayor.
Decidí probar a ver qué tal. Nada perdía.
Joaquín Figuera, de casa Figuera de Castarlenas (Huesca) fue quizá la clave de todo e indirectamente la persona que hizo que el blog aumentará considerablemente de nivel.
Fue el primer informante con el que tuve un encuentro de verdad, de los de uno contar y otro escuchar. Allí en su casa de Torres del Obispo fue desgranando todos sus recuerdos de Castarlenas (y yo recogiéndolos en forma de apuntes en una libreta).
Salí emocionado de aquel encuentro. Joaquin me hizo ver que había dado con la tecla correcta, que podía seguir abriendo caminos.
Si Joaquín había reaccionado tan abiertamente y se alegró sobremanera de que alguien viniera a preguntarle cosas de su pueblo ¿por qué con otras personas no podría ser igual?
Después aparecieron Lorenzo, Máximo, Tonet, Luis, Maribel... unos con nombre y otros de manera anónima.
Parecía que llevaban años esperando ese momento en que alguien viniera a interesarse por el pasado de su pueblo, ese pueblo del que un día tuvieron que marchar de manera física pero no emocional, el cual seguía estando en sus corazones y en sus memorias.
Algunos con un poco de recelo al principio, otros de manera entusiasta, alguna negativa también hubo (pocas pero alguna), seguía teniendo suerte de que estas personas aparecieran en mi camino.
Justo es reconocer que sin su aportación este blog no habría sido lo mismo. Una colaboración impagable. El placer de haberles escuchado no tenía precio. Ellos viajaban al pasado mentalmente en forma de recuerdos y yo lo hacía con ellos.
Son experiencias inenarrables cuando ves la cara de emoción y de felicidad de una persona que te va contando detalles y recuerdos de su vida en su pueblo (me imagino que la misma cara que se vería en mí cuando les escuchaba).
Con algunos no volví a tener un segundo encuentro (no por falta de ganas) pero con otros sí y ello me llevó a comenzar y forjar una amistad que se mantiene hasta el día de hoy.
El trabajo seguía su curso, las visitas aumentaban, el blog se retocaba, había ideas nuevas en la cabeza para ir añadiendo, para dar otro enfoque.
Llegó el primer año, el segundo, el tercero... no sabía cuánto más podría llegar, pero mientras pudiera contar con la extraordinaria colaboración de "mis informantes" habría cuerda para rato.
Los medios de comunicación se empezaban a interesar por el blog. Con mayor o menor acierto se escribía en papel sobre mi trabajo, se escuchaba mi voz en las ondas o se veía mi imagen en la pequeña pantalla.
Fue una forma muy válida para que se promocionara mi trabajo y para que mucha gente lo conociera.
Pero el gran aporte seguía siendo las visitas diarias a través de internet.
Y llegó el séptimo año, y el octavo, y el noveno... Y también llegó el cansancio mental, ya no había tanta frescura. Era ya muchos años con ello y el tiempo que le podía dedicar al blog no era mucho (son muchas horas las que hay detrás de la publicación de cada reportaje). Visitar despoblados no me agotaba pero escribir sobre ellos sí. Tenía que hacer pausas, espaciar más las entradas, era indispensable si quería seguir con ello. Y así lo hago. Menos entradas para poder seguir.
Y en esas estamos cuando han llegado los diez años.
Por el camino lo que veis en el blog, la cantidad de gente que he podido conocer en mis andanzas por gran parte de las provincias españolas, las fiestas anuales a las que me han invitado, los amigos con los que he compartido alguna caminata (pocas he compartido porque soy un lobo solitario), los amigos que me han brindado su apoyo, los amigos que me han regalado algún libro, los amigos que me han aportado datos de interés, los amigos que me han abierto nuevas puertas o los amigos que se quedaron sin conocer (Fernando y alguno más).
También ha habido casos negativos, gente que me ha intentado poner "la zancadilla", gente que solo han escrito para decir de manera un poco despectiva que tal fecha, nombre o datos no son correctos, gente que me dejaron esperando una colaboración que nunca llegó a pesar de haberla ofrecido, gente que no se ha molestado ni siquiera en dar las gracias después de haber respondido a alguna petición que me habían hecho, gente que se han apropiado de mi trabajo para hacer ellos el suyo sin ni siquiera hacer mención a la fuente de información, gente que no se tenía que haber cruzado nunca en mi camino.
Pero a estos con estas tres líneas es suficiente, para qué más.
Gracias a todos los que habéis seguido el blog de forma silenciosa, los que habéis dejado algún comentario, los que habéis escrito por correo electrónico (he dejado sin contestar a algunas personas que me han escrito un correo, a unos por falta de tiempo y a otros porque ya he avisado que sobre determinadas peticiones no iba a responder, que me disculpen los primeros y que lo sepan entender los segundos).
Quiero hacer una mención especial a Roberto Tartaj, lector incondicional del blog por su impagable aportación a cada reportaje en forma de comentario. Cuando muchos se bajaron del carro y dejaron de hacer comentarios él siguió de manera incondicional dejando su testimonio con unas sinceras y emotivas palabras en cada reportaje publicado.
No nos conocemos personalmente pero te doy un millón de gracias. El saber que "estas ahí" es un gran estimulo para mí. Un abrazo Roberto.
Las visitas están a punto de llegar a los dos millones doscientas cincuenta mil. ¡¡ Ni en sueños podía llegar a pensar en semejante cifra!!
¿El futuro del blog? Incierto. No sé cuanto tiempo más de prolongación tendrá. Cuando ya no haya informantes se acabó el blog. De momento hay material para una temporada.
Pero el trabajo realizado ahí quedará. Y como siempre digo es un trabajo con vistas a unos años. Para que los que vienen después sepan como se vivía en estos lugares.
Parafraseando una canción de mi admirado Labordeta DIEZ AÑOS SON y otra canción de La Bullonera PORQUE HASTA AQUÍ HE LLEGADO (de momento)
Y podría seguir escribiendo más, pero creo que ya es bastante, porque en principio solo iba a escribir cuatro palabras.
(El texto no lo tenía escrito de antemano, lo he redactado esta noche, así que seguramente me dejaré algunas cuestiones sin contar pero lo que importa de alguna manera es reseñar el aniversario)