El triste final que tuvo el pueblo de Bastarás (Huesca), vendido y enjaulado (vallado), tan de moda en los deshabitados de hoy día, le sirvió a Alfonso Zapater de inspiración para desarrollar su novela.
La trama se sitúa en el imaginario pueblo de Urbecia, pueblo que ha sido comprado por una sociedad de cazadores y de donde marcharon todos sus vecinos menos Damián -el solitario de Urbecia- que aunque vendió su casa como el resto de sus convecinos, no quiso marchar y se quedó en el pueblo usufructuando sus bienes y los sitios donde había permanecido toda la vida.
Entre recuerdos de los últimos once habitantes del pueblo y las añoranzas de amores que se fueron, discurre la monótona existencia de Damián, acompañado del guarda de la finca, vida rutinaria, solo rota por la presencia diaria de la tía Micaela que quiere recuperar los huesos de su difunto marido, enterrado en el camposanto.
Todo ello llevará a un trágico final, dando un giro a la trama y rompiendo los planes de futuro del protagonista que soñaba con devolver la vida al pueblo de Urbecia.
Contraportada del libro.
Con el primer libro que lei donde se trataba el tema de la despoblación voy a realizar una serie de entradas (una al día) durante esta semana para dedicárselas a los libros que he tenido oportunidad de leer en todos estos años.
En una época como la actual, donde los libros van en franca decadencia, absorbidos por las nuevas tecnologias, quiero que tengan su rincón en este blog, porque para mi han sido de gran utilidad y de entretenimiento.
Resulta frustrante ver que ya apenas se lee, para los que vivimos en las grandes ciudades, siempre ha sido una visión cotidiana el viajar en metro y ver a bastante gente leyendo un libro mientras se desplazaba a su lugar de destino. Esa imagen prácticamente ha desaparecido, si antes de cada diez personas que iban en un vagón, cuatro iban leyendo un libro, ahora solo es una. De las nueve personas restantes, siete van tecleando en unos minúsculos aparatos, los libros han sido sustituidos por tablet, smartphones, blackberrys y todos los aparatos de ultima tecnologia que nos permiten saber al dedillo la vida de nuestras amistades, estar a la ultima en moda, en más aparatos, en videojuegos, etc, pero que nos han desculturalizado.