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Esco (Zaragoza)

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Agradecimiento extraordinario para José Luis Clemente, fundador de la Asociación pro reconstrucción de Esco, por su colaboración incondicional en la elaboración de este reportaje.
Gracias por todo, José Luis.


El tercero de los pueblos sacrificado por la construcción del pantano de Yesa fue el precioso  pueblo de Esco (los otros dos son Tiermas y Ruesta), era el más pequeño de los tres, pero fue el único que nunca ha llegado a quedarse completamente despoblado. De una casa siempre ha salido humo por la chimenea en los fríos días de invierno, para enseñar a todos los que pasan a toda prisa por la carretera, que Esco aunque ha estado agonizando durante muchos años, no ha llegado a morir nunca, por lo menos en lo que se refiere a presencia humana.
  Se presenta este pueblo de Esco en forma de media luna apoyado en un cerro denominado el Calvario. Formado por dos barrios (Alto y Bajo), se distribuyen sus 60 casas en tres calles (Baja, Media y Alta).
Buenas tierras de cultivo tuvieron a la vera del río Aragón (donde hoy se encuentran las aguas del embalse), dedicadas a cosechas de regadío como eran alubias, patatas, berzas, acelgas, tomates, etc. quedando las tierras más alejadas del río para el cultivo de secano  (cebada, trigo y avena principalmente), mientras que  los montes situados  por encima del pueblo eran  para el pastoreo de las ovejas,cabras y vacas.
Era un pueblo que gozaba de autosuficiencia, debido a los buenos productos que arrancaban a la tierra y a la calidad de la carne que criaban, donde no faltaba el cerdo, conejos, pollos y palomas, se consumía también carne de cordero, que vendían las gentes que tenían ovejas y en menor medida carne de ternera que era más difícil de conseguir. Había una casa donde vendían pescado (casa Pellón) y otra donde estaba la tienda del pueblo (casa Tiopedro) y se podía adquirir un poco de todo en general, incluso hacían pan los de esta casa para la venta, cuando la gente dejó de hacer su propio pan en los hornos que había en cada casa.
A partir de los años 50, debido a la buena comunicación de autobuses que había en la carretera, acudían a Sangüesa a realizar las compras gordas y a proveerse de plantas para los huertos.
Además tenían dos bares, aunque en tiempos anteriores llegó a haber hasta cuatro.
Contaron con luz eléctrica en las casas desde antes de la guerra, proveniente de una pequeña central que había en Tiermas. A principio de los años 50 hubo una riada que se llevó la central por delante y tuvieron que volver a la luz de los carburos, hasta que sobre el año 57 se hizo un transformador para traer la luz desde Jaca.
No fue el mismo caso para el agua. Hubo un proyecto de llevar el agua hasta la entrada del pueblo, pero como quiera que el pueblo estaba sentenciado no se llevo adelante. El agua se traía en cántaros transportados en onganetas (cestos de mimbre), bien fuera en caballos o en burros. En las casas había tinajas de barro de unos 150 l. y allí se almacenaba.
 En cuanto a los servicios básicos se refiere, hubo cura residente en Esco hasta el año 1950, a partir de entonces fue el de Sigüés el que venia a oficiar los oficios religiosos. También hubo siempre maestro y maestra residiendo en el pueblo,  a partir del año 63 cuando ya habia pocos niños en edad escolar, la escuela se hizo mixta y solo había maestra.
El cartero también residía en el pueblo, lo mismo que el herrero.
El médico venia desde Tiermas, lo mismo que el veterinario, en los últimos años ya el primero venia de Sigüés mientras que el segundo lo hacia desde Salvatierra de Esca.
Las fiestas patronales se celebraban el día de San Miguel (29 de septiembre), pero como era época de mucho trabajo con el ganado se cambiaron de fecha a principios del siglo XX, pasando a ser el día 30 de noviembre, para San Andrés.
 Fiestas muy animadas, donde no faltaba el baile que se hacia en un salón de Casa Marcelo, amenizado bien por músicos del pueblo o bien por orquestas provenientes de otros pueblos, como eran los músicos de Lumbier.
No faltaban tampoco las rondas, donde los mozos tocando la guitarra y la bandurria cantaban jotas a las puertas de las casas y recogían viandas que les ofrecían (huevos, tocino, longaniza, etc.) con lo que realizaban una cena. Las mozas hacían chocolate para merendar y los más trasnochadores solían juntarse de madrugada, ya acabado el baile, a comer unas migas hechas en el momento.
Cada 8 de septiembre, día de la Natividad de la Virgen,   había costumbre de realizar una procesión a la ermita de la Virgen de las Viñas, distante unos 800 metros del pueblo, procesión que se repetía el último día de la Ascensión.
Los entretenimientos eran los propios de esa época, en los pocos ratos libres que había, los hombres iban a echar un trago de vino y jugar a las cartas en los bares, los mozos y mozas organizaban baile los domingos, se recurría a Judas (Matias Figoli) que tocaba la bandurria y a Rebolé que tocaba el violín, junto con algún mozo que trasteaba un poco la guitarra y ya tenían la orquesta. Cada mozo aportaba lo que podía y con eso pagaban a los músicos y hacían una merienda.
 A pesar de la apacible vida del pueblo, la espada de Damocles ya pendía sobre Esco, puesto que desde 1930 ya estaba en marcha el proyecto de realizar el pantano, se les advirtió a los vecinos que no realizaran mejoras en las viviendas que no se las iban a pagar. A primeros de los años 50 se expropiaron las tierras más fértiles, que estaban junto al río, con lo que quitaron a las gentes su principal medio de sustento. En la ley de expropiación forzosa de 1953, incluyeron una cláusula en la que permitían que los expropiados pudieran pedir que se les expropiara otros bienes para sacar algún dinero y poder empezar de nuevo en otro lugar, puesto que las tierras inundadas no se pagaron a precio de oro, con lo cual no solo se quedaban sin su medio de vida de siempre sino que además no conseguían suficiente dinero para empezar una nueva vida en otro lugar. Se les animó a que el ayuntamiento pidiera la expropiación del pueblo, diciendo que si alguno quería volver podía hacerlo cuando quisiera, pero la realidad fue otra, como bien comenta José Luis Clemente :
 ´´ Ya en 1978 solicitamos la reversión de la casa con mi abuelo y la respuesta fue el NO rotundo porque dicen que la expropiación fue voluntaria. Con posterioridad en 1998 inicié un contencioso contra la CHE y en 2006 el Tribunal Superior de Justicia de Aragón me dio respuesta negativa y por consejo del abogado no recurrí al Tribunal Supremo ( si me hubiera tocado la lotería, de verdad que aún estaría pleiteando).
 De siempre nos han indicado la prohibición de entrar en las casas y de ahí la frustración de no haber podido hacer nada legal para mantenerlas´´.

 Una decisión traumatica para los pelaos (apodo con el que se conocía a los habitantes de Esco), el tener que dejar atrás toda una vida y unas raíces que se quedarían para siempre enterradas con la marcha de los vecinos.
Así rememora aquellos años de incertidumbre José Luis
Clemente :
´´ Yo muchas veces le comentaba a mi padre el porqué de no haber plantado cara. Las respuestas estaban claras: Eran otros tiempos, si se hubieran opuesto habrían mandado a la guardia civil a desalojarlos, simplemente hicieron lo que les aconsejaron, además les inculcaron que tenían que salir del pueblo para darles una vida mejor a sus hijos, en lo tocante  a este tema ¿que padre no se sacrifica por sus hijos? Así que la inmensa mayoría hizo lo que les dijeron, obrando de buena fe, y optaron por la salida, la gente fue marchando escalonadamente en cuanto pudieron hacerse con otra propiedad, puesto que les habían animado a salir diciéndoles que si alguno se arrepentía podía volver cuando quisieran, cosa que los posteriores dirigentes de la CHE no tuvieron en cuenta´´.
A mediados de los años 60 había mermado mucho la población, pero aún en 1965 hubo un nacimiento en Esco, como fue el de Marisa Sanchez de Casa Cantón, la cual fue la última nacida en el pueblo.
 Tambien en el año 1965 hubo un hecho anecdótico, como fue el del primer coche que hubo en Esco, un Seat 850 propiedad de Mario Sánchez y María Momó de Casa Tiopedro.
 Asi las cosas, siguió viviendo gente en Esco hasta la década de los 70, los pelaos marcharon en su mayoría a Pamplona y Zaragoza, algunas familias a San Sebastián, y alguna otra a Barbastro, Reus y Madrid.
Solamente Félix Guallar con su familia optaron por quedarse en el pueblo. Como tenían ovejas, que era su medio de vida no quisieron marchar, Félix era originario de Casa Buyero pero al quedarse solos en el pueblo optaron por trasladarse a vivir a Casa Guallar, que reunia mejores condiciones. Félix falleció en 2010 pero tres de sus hijos ( Félix, Baltasar y Evaristo ) han continuado con el ganado y siguen dando presencia humana diariamente por las calles de Esco.
 Los antiguos vecinos y sus descendientes solicitaron en algunos casos la reversión de las casas, a lo que no se les ha hecho ningún caso, lo que unido al deterioro acelerado que estaban llevando las casas y el patrimonio del pueblo, hizo que se organizaran y en 1999 crearon la Asociación pro reconstrucción de Esco, consiguiendo rehabilitar la ermita de la Virgen de las Viñas que se encontraba en ruinas, así como el cementerio y velar por los intereses del pueblo, como pudiera ser una recuperación y reconstrucción de los edificios, así como rescatar e impulsar las costumbres y tradiciones que había en el pueblo.
Para todo ello han creado una pagina web con toda la historia del pueblo, un blog, unos cuadernos con toda la toponimia de Esco y publican periódicamente el Heraldo de Esco (muy interesante esta publicación ) donde dan cuenta de todas las actividades de la asociación, retazos de la historia del pueblo y todo tipo de noticias que están relacionadas con el pueblo.
Los escotanos que se fueron y sus descendientes se reúnen cada año el día 1 de mayo, donde celebran un día de confraternización, hacen una misa en la ermita, una comida campestre y otras actividades culturales y de entretenimiento, todo ello para que no se pierda la memoria y las raíces de Esco.

Para saber más sobre Esco, imprescindible visita a la página: http://www.deesco.org/

foto cedida por Joaquin Arbea.

Esco en 1950.




Vista de Esco desde el camino.




Entrada a Esco. Calle Baja.




Calle Baja. En primer termino Casa Mariano Rita y Casa Zamborán, al fondo Casa Navarro.




Calle Baja. De izquierda a derecha:
Casa el Maestro. El abuelo de esta casa fue maestro y secretario de Esco. Se marcharon a Pamplona antes de 1960.
Casa Blas del Arrendador. Vivía en ella el tío Blas, soltero y que vivía solo. Murió hacia el año 1964.
Casa el Americano. Era la única casa del pueblo que tenia retrete.
Casa la Caminera o Aja. Se marcharon a Burlada (Navarra) a principios de los 60.



Calle Media. A la izquierda Casa Orosieta. Vivian últimamente la madre y tres hijos, fueron de los últimos en marchar de Esco. A la derecha Casa Tiopedro, tenían tienda y también hacían el pan una vez a la semana. Los dueños de esta casa adquirieron el primer coche que hubo en Esco; un seat 850.



Calle Baja. Casa Lobera. En la década de los 40 la compró Dª Ramona Mayayo, antigua maestra de Esco, junto con su esposo. En los últimos años se trasladaron a ella los de Casa Orduna.



Foto cedida por la Asociación pro reconstrucción de Esco.
Casa Lobera en 1968.




Escuela de Esco. La planta baja era la de niños y la planta de arriba la de niñas. En los años 60 cuando ya quedaban una docena de alumnos se hizo mixta.




Foto cedida por la Asociación pro reconstrucción de Esco.

Alumnos y maestro de la escuela de Esco en 1940.




Foto cedida por la Asociación pro reconstrucción de Esco.

Año 1966. Los últimos alumnos de la escuela de Esco.
Detrás: la maestra Elena Rubio y Josefina Vera (Tiermas).
Medio: José Ramón Vera ( Tiermas), José Luis Clemente, Ascensión Vera (Tiermas), Pilar Sánchez, Carmen Guallar y Sagrario Sánchez.
Delante: Mari Guallar, Carlos Sanchez, Pili Clemente, Angelines Sánchez y José Antonio Abad.




Calle Baja. Casa Lerrero a la izquierda, la herrería en el centro y la escuela a la derecha.
Mención de José Luis Clemente :
´´Esteban Garcia era el herrero, tenían casa en el Barrio Alto y se les quemó, por lo que hicieron esta al lado de su lugar de trabajo en los años 50. Este hombre realizó todos los apaños de las herramientas agrícolas, así como de utensilios de cocina. Yo aún tengo una sartén para hacer migas con su rasera (espumadera) grabada con sus iniciales. Es visible la cruz de la entrada del camposanto que la construyó él. Le recuerdo atizando el fuego con un enorme fuelle y dando martillazos en el yunque a los hierros rusientes. Esteban falleció en el año 1966 a los 86 años y esta enterrado en el cementerio de Esco. Su familia marchó a
Pamplona´´.




Calle Media. Casa Momó. Era una de las casas fuertes del pueblo. Era una casa enorme, con muchas dependencias. Vivían tres hermanos en ella (Leopoldo, Alejandro y Rufina Odériz). Preciosa portalada con un rosal en el escudo situado en la clave del dintel, apenas visible ya. Esta inscripción unida a que había un rosal al lado de la puerta motivó que los mozos cuando iban de ronda cantaran esta jota cuando llegaban a la puerta de esta casa :  ¨En la puerta de Momó, hay una rosera fina, no puedes coger la rosa, sin permiso de Rufina ¨.



Trasera de Casa Laguau ( antigua Casa Botiguero ). Aquí había salón de baile y cine. A mediados de los 60 un hombre de Salvatierra de Esca proyectó varias películas de cine en el salón de esta casa, lo que supuso toda una novedad en el pueblo. Al fondo la iglesia y el Calvario.



Foto cedida por la Asociación pro reconstrucción de Esco.

Iglesia de Esco en 1968, con las dos campanas bien visibles, a su izquierda Casa la Escuela, y por debajo, en color blanco, se aprecia la parte alta de Casa Orosieta y Casa Tiopedro.



Iglesia parroquial de San Miguel.




Interior de la iglesia. Altar mayor al fondo. Capilla de San Juan a la izquierda y la de la virgen del Rosario a la derecha. Casi todo el patrimonio que había en el interior se pudo salvar del expolio, como el retablo mayor de San Miguel Arcangel, actualmente en la iglesia del Inmaculado Corazón de María en Jaca o la pila benditera, la pila de agua bautismal, un sillón del siglo XVII o unas pinturas góticas del ábside entre otras que se encuentran en el Museo diocesano de Jaca.



Vista del barrio Bajo desde el campanario de la iglesia.




Barrio Bajo. En primer lugar Casa Torrea, marcharon a Pamplona, al fondo Casa Ventura.




Barrio Alto. Precioso zigzagueo de la calle. Casa Buyero a izquierda y Casa la Escuela a derecha.




Foto cedida por la Asociación pro reconstrucción de Esco.

Familia de Casa Buyero en 1956.




Cincuenta y seis años después, el mismo lugar donde se tomó la imagen anterior.




Calle Alta. Casa el Esquilador. Según dicen a principios de siglo subió un esquilador de la zona de Zaragoza y se quedó en esta casa. Tuvo cuatro hijos: Aurelia, Santos, Agustina y Cecilio. Santos fue el último alcalde de Esco.




Casa Cantón. Estaba situada en la confluencia de las calles Media y Alta, fue de las últimas que se construyó en Esco.



Calle Alta. 




Foto cedida por la Asociación pro reconstrucción de Esco.

Casa Tabarnero en 1980.
Recuerdos infantiles de José Luis Clemente :
´´ En esta casa nací yo a la luz del carburo, aunque mi madre se casó a Casa Guallar, los dos hermanos nacimos en esta casa. Aquí pasé mis primeros 10 años de mi vida que me marcaron profundamente. En tiempos remotos esta casa seria de origen infanzón porque tenia un escudo heráldico muy bonito, del que no se conserva ninguna foto. En la parte baja estaba la entrada y justo detrás la bodega. La ventana inferior a la derecha de la puerta era el granero que en su parte posterior tenía una puerta que daba acceso al pajar y al corral en donde había un macho y una burra. En la parte superior, la ventana de la izquierda correspondía a la cocina y la de la derecha al comedor, y el hueco del centro era donde estaba el escudo. En la parte posterior había tres habitaciones y arriba la falsa. En esta casa junto a la de Guallar tengo mis recuerdos de infancia. Como aquí estaba en aquellos años una maestra, Pilar Nieto, aprendí a leer muy pronto. Junto a la puerta estaba el bancal de piedra, donde nos sentábamos a la fresca en verano y donde mi abuela me enseñaba a identificar la Osa Mayor, el Camino de Santiago (la Vía Láctea) y las Clavijas (Pléyades). Me acuerdo de Agustin de Casa Lacuesta, que bajaba con su acordeón a amenizar las noches veraniegas. Enfrente de la casa, al otro lado de la calle, mi abuela tenia un jardín donde tenia una morera blanca enorme y también rosas, clavelinas y
amapolas´´.




Casa Tabarnero en la actualidad.




Calle Alta. Casa Corachas.
José Luis Clemente habla con agrado de esta casa :
´´ Era otra de las casas fuertes, por la cantidad de tierras y ganado que tenían. Era un lujo servir como criado en esta casa, pues trataban a todos los trabajadores como de la casa y jamás se oyó una voz altisonante pasara la desgracia que pasara. Familia considerada como gente buena´´.



Foto cedida por la Asociación pro reconstrucción de Esco.

Año 1960, salida de misa, puerta de Casa Guallar.
De izquierda a derecha :
Herminia Clemente (residente en Argentina), Juana Guallar, Tomasa Clemente, Elida (amiga argentina de Herminia), Juan Ramón Clemente, Adelia Sánchez, Emilia Ibarbia, tia Maria de Casa Corachas.
Niños : José Luis Clemente y Lourdes Bronte.



Calle Alta. Casa Guallar en el medio, la única que permanece habitada.




Barrio Alto. Parte de las tres casas que componían Casa Marcelo.



Barrio Alto. Casa Marcelo. De frente la escalera por donde se accedía al bar situado en esta casa, detrás estaba el salón donde se bailaba en las fiestas.



Foto cedida por la Asociación Pro reconstrucción de Esco.

Jovenes y niños en 1967 delante de la puerta de Casa Marcelo.
Detrás: Inma Guallar, Cristina Sánchez, Mari Guallar y David Escobar.
Medio : Angelines Sánchez, Pili Clemente y Pilar Sánchez.
Sentados: Carlos Sánchez, José Antonio Abad, Félix Guallar y Baltasar Guallar en brazos de su hermana Carmen Guallar.



Barrio Alto. Casa la Escuela. Llamada así porque aquí estaba la antigua escuela de Esco. Al fondo el pantano de Yesa.



Foto cedida por la Asociación pro reconstrucción de Esco.

Fiestas de 1958. Los mozos junto a los músicos, procedentes del pueblo navarro de Lumbier.




Foto cedida por la Asociación pro reconstrucción de Esco.

Año 1958. Preparando la parva para trillar en la era Corachas. En primer termino sentados Alejandro Clemente y Adelia Sánchez en la pared de la era Guallar.




Foto cedida por Joaquin Guallar.

1 de mayo de 2011. Asistentes el día de la fiesta, delante de la ermita de la Virgen de las Viñas.




Foto cedida por Josean Ardanaz

1 de mayo de 2012. Reunión anual de asistentes a la fiesta de Esco.

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