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Channel: Los pueblos deshabitados
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Torronteras (Guadalajara)

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Poco tiene que ver la actual fisonomía de Torronteras con la que tuvo estando con vida. Desapareció la casi totalidad de las viviendas de arquitectura típica alcarreña para dar paso a un tipo de construcciones más característico de Centroeuropa, de donde provienen los nuevos habitantes del pueblo.
Situado en una pequeña planicie a media ladera sobre el barranco de la Hoz se sitúa el pueblo de Torronteras, conformado por dieciocho viviendas, en medio de un paisaje agreste y antaño mal comunicado, en el que como en tantos otros el progreso pasó de largo y las administraciones no hicieron nada por hacer la vida más fácil a los marusos (apodo con el que eran conocidos los habitantes de Torronteras).
Tenían buenas tierras de cultivo dedicadas a la producción de trigo, avena, cebada, garbanzos, almortas y judías entre otros productos. No faltaban las colmenas, las higueras y variados arboles frutales como ciruelos, manzanos y perales.
Como dato sobre las cosechas en Torronteras sirva el apuntado en una libreta por un vecino en aquellos años :
165 kg de trigo a 6'55 ptas/kg.
100 kg de almortas a 5'30 ptas/kg.
168 kg de avena a 4'50 ptas/kg.
100 kg de cebada a 15'5 ptas/kg.
el gorrino pesó 76 kg, a 5´75 ptas la arroba.

La cabra era el animal principal de la ganadería torronterana, todas ellas formaban una dula (conjunto del ganado que eran sacadas a pastar a un terreno comunal) y eran cuidadas por un pastor. En los últimos años, cuando ya no había pastores, cada día un vecino salia al campo con ellas.
La caza (conejos, liebres, perdices) suponía un buen suplemento a la carne que se consumía normalmente.
Torronteras tenia ayuntamiento, escuela, molino de aceite, tienda y taberna (estas dos últimas hasta 1935).
El cura venia desde Pareja (don Andrés) montado en un burro y el último venia desde Escamilla (don José Mesonero).
El médico también venia desde Pareja (don Ramón), había que llevar una caballería para que subiera hasta Torronteras.
Don Leovigildo era el veterinario, que asimismo residía en Pareja.
El cartero era del pueblo (Bautista Nieto), iba y volvía todos los días a Pareja con la correspondencia.
La última maestra fue Juana Rubio, estuvo hasta el año 1966, cuando ya solo quedaban cuatro niños en la escuela.
Para compras o cualquier asunto se desplazaban a Pareja o Escamilla, pero no faltaban vendedores ambulantes por Torronteras como era el caso del tío Mariano, el tío Jacinto o el tío Adón que procedentes de Alique, Escamilla y Pareja, vendían un poco de
todo : azúcar, arroz, sardinas saladas, e incluso almanaques de Mariano Castillo. En más de una ocasión era trueque más que una compra de productos. De Ruguilla procedía un sastre que vendía hilos, telas y hacia trajes.
El patrón de Torronteras era San Antonio al que celebraban fiestas patronales el día 13 de junio. A mediados de septiembre celebraban la festividad de El Cristo. En ambas fiestas se hacia procesión y la subasta de las andas por la mañana y por la tarde ¨El Ramo¨ en la puerta de la iglesia en el que se repartía vino, cañamones, torrados y rollos, lo pagaban los vecinos y el mayordomo designado era el encargado de repartirlos.
No faltaba en las casas torronteranas el cocido, la carne y el arroz con leche en esos días tan señalados para compartir con familiares y allegados.
De Alique, Azañón o Pareja, según el año, era de donde venían los músicos a tocar en las fiestas, normalmente con guitarra, laud y bandurria.
Entre las costumbres de Torronteras estaban la de cantar los ¨mayos¨, el juego de pelota, tirar el barrón que era una barra de medio metro, cobrar la ¨patente¨ a los novios forasteros o en caso contrario echarlos al pilón.
La matanza tenia que durar hasta el año siguiente y por Navidad se pedía el aguinaldo, consistente en nueces, garbanzos torrados o higos secos.
Nunca tuvieron luz eléctrica lo que unido a la falta de una carretera que sacara a los marusos de su aislamiento, hizo que la gente fuera tomando la determinación de emigrar en busca de un mejor medio de vida. Primero fueron las chicas jóvenes que se iban yendo a servir a las capitales y buscaban trabajo al hermano o al novio en las fabricas o en la construcción, cuando no eran estos mismos los que al cumplir el servicio militar, veían otro medio de vida en la capital y ya no volvían al pueblo. Todos ellos acabaron más tarde arrastrando a los padres con ellos, con lo que en la década de los 60 ya Torronteras agonizaba. Se repartieron por Guadalajara, Madrid, Valencia, Barcelona y Zaragoza entre otros lugares.
En 1969 tuvo lugar la ¨defunción¨ de Torronteras cuando marcharon los últimos vecinos que quedaban en el pueblo: por un lado el matrimonio formado por Faustino y Rufina y por otro lado Mariano ¨El chato¨.
Poco duró sin embargo la soledad de Torronteras, puesto que en el año 1976 apareció por allí un austriaco (Christobal Graupp-Berghansen) con su familia, que iba buscando vivir en paz totalmente aislado de la sociedad. Fue comprando varios edificios y viviendo de los animales y de lo que cultivaba y así han pasado casi cuarenta años. En la actualidad es productor de una magnifica y exquisita miel y ha remodelado casi todos los edificios de Torronteras, que en verano aumenta considerablemente su población, pues el pueblo esta encauzado para recibir visitantes venidos de todas partes del mundo que celebran allí seminarios, talleres y reuniones espirituales entre otros eventos.
Para saber más a fondo sobre la historia de Torronteras es obligada visita la pagina web que Carlos Otero lleva manteniendo y actualizando durante años sobre este pueblo y el cercano Villaescusa de Palositos en un impagable trabajo. Pagina de una grandisima calidad donde encontramos la historia de estos pueblos, fotografías antiguas, documentos, escritos y recortes de prensa de la época : www.villaescusadepalositos.es

foto cedida por Carlos Otero

 Torronteras visto por un pintor valenciano. Refleja con bastante aproximación como era el pueblo cuando estaba con vida.



Entrando a Torronteras. Calle Real.




La iglesia parroquial de Torronteras. El 5 de enero de 1959 sufrió un aparatoso incendio de forma casual por una vela encendida, quedando muy dañada toda su estructura, cedió la techumbre y hubo grandes daños en el interior del templo, quemándose varios altares, aunque el gran trabajo de los vecinos hizo que se pudieran salvar muchos objetos de su interior. En la actualidad ha sido totalmente remodelada pero no para culto religioso sino como espacio para conciertos y seminarios.



foto cedida por Carlos Otero

Lapida sepulcral en el interior de la iglesia.
¨ Aquí yace el licenciado Francisco Garcia del Olmo, Comisario del Santo Oficio y cura desta iglesia y de su anejo beneficiado descamilla. Murió año de 1768¨.



La casa más pudiente del pueblo. Escudo blasonado en su fachada.




foto cedida por Carlos Otero

La misma casa hacia 1970.




foto cedida por Carlos Otero

La casa de la tia Maxima.




foto cedida por Carlos Otero

Familia torronterana en 1959.




Algunos restos de edificaciones asoman por los rincones de Torronteras.




Entre la vegetación tratan de resistir como pueden algunos edificios.




foto cedida por Carlos Otero

Familia torronterana en 1957.




Calle de Torronteras, ya doblegada al paso de los años.




foto cedida por Carlos Otero

Estampa de Torronteras.




Rincón torronterano. Se junta lo nuevo con lo antiguo.




Imposible imaginar ni siquiera la fisonomía de estos edificios.




foto cedida por Carlos Otero

Estaba reciente todavia el abandono del pueblo.




Nuevas edificaciones en Torronteras. Nada que ver con el modelo tradicional.




Calle de Torronteras. Ni rastro en pocos años.




La ermita de San Roque, situada a unos 200 metros del pueblo, siempre se la conoció en ruinas. Adosada a ella esta el cementerio de Torronteras.



Lavadero y fuente.




La fuente de Torronteras.

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