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Channel: Los pueblos deshabitados
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Hontanillas (Guadalajara)

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Agradecimiento para Florentino Rebollo, ¨Flores¨, una eminencia en el mundo de la caza en La Alcarria, uno de los últimos en marchar de Hontanillas, con una gran memoria para recordar nombres y datos, excelente y cordial informante.

Bajo el monte de Los Enebrales, en un promontorio del terreno se encuentra esta población orientada al sol de Mediodía. Veinticinco viviendas aproximadamente llegaron a componer este escondido pueblo alcarreño aunque hay datos de que en tiempos anteriores se llegó a duplicar este numero.
Trigo, avena y olivos era la base primordial de su agricultura, al igual que las ovejas y las cabras lo eran en la ganadería.
En sus montes se recogía muchas fanegas de espliego, de cuya flor se extraía un aceite de esencias muy aromático utilizado para productos de perfumería que una vez destilado y elaborado acababa siendo transportado a Sevilla.
Mucha caza había también en los montes de Hontanillas, como buen conocedor Florentino Rebollo lo recalca :
´´ Casi todos en el pueblo eramos cazadores, liebres, conejos y perdices más que nada, en aquellos años no había jabalies. Los conejos se vendían a los carniceros de Pareja a los que también vendíamos corderos y cabritos y las perdices a los recaderos que las llevaban a Madrid´´.
Pueblo que llegó a contar con escuela, ayuntamiento y molino de aceite, de lo que nada queda actualmente.
En la escuela se juntaban alrededor de 22 niños, las maestras siempre solían ser chicas jóvenes (una de El Recuenco, otra de Berninches y otra de Chillarón del Rey, se recuerdan de su paso por allí) y se alojaban de patrona en alguna casa.
Celebraban sus fiestas patronales el 17 de octubre honrando a su patrona: Santa Filomena. Duraban tres días. Misa, procesión y baile eran los actos principales que sacaban a Hontanillas de la rutina de todo el año.
Baile que se celebraba en el salón del ayuntamiento amenizado por músicos de Alique unas veces y de Morillejo otras, al son de violín, guitarra y bandurria.
El cordero o el cabrito no faltaba esos días tan señalados en la mesa de las casas hontanillanas.
El 22 de enero tenían la fiesta pequeña celebrando a San Vicente Ferrer.
Era costumbre entre los vecinos juntarse en alguna casa a jugar a las cartas y echar un buen trago de vino.
El cura subía cada quince días a oficiar misa. Primero fue don Andres que subía en burro desde Pareja y luego el último fue don Teódulo que venia en moto desde Chillarón del Rey.
El médico (don Ramón) acudía en casos muy extremos desde Pareja,había que bajar a buscarle con una caballería, el avisador iba con un animal de más para que pudiera subir a Hontanillas el médico y luego volver a bajar a Pareja, aunque más bien eran los vecinos los que bajaban a consulta a Pareja por el camino de caballería que había antaño y con medios de traslado al enfermo muy precarios. De Pareja también subía el veterinario (don Leovigildo) así como también lo hacia Felipe Molina, el cartero, que todos los días excepto los domingos hacia andando el trayecto Pareja-Hontanillas-Alique.
A Pareja bajaban los vecinos de Hontanillas a abastecerse de productos que no hubiera en el pueblo, pues en aquellos años en Pareja ya había bastante comercio e incluso contaba con farmacia.
La emigración que tan masiva fue en los años 50 y 60 no podía pasar de largo por Hontanillas. El aislamiento que tenían unido a la falta de servicios básicos como la luz eléctrica y el agua en las casas fue mermando el animo de los hontanillanos de quedarse en su pueblo.
´´ Sin carretera ni nada, que hacías, se ponía alguien enfermo y había que bajarlo a Pareja, a más de una hora de camino en una caballería o en unas andas, además la escuela la iban a cerrar al quedar pocos niños y los padres prefirieron marcharse con
ellos´´,
apostilla Florentino Rebollo.
Los vecinos se marcharon principalmente a Madrid y a Alovera, algunos se quedaron en Alique, quedándose el pueblo vacío en el año 1965.
El pueblo se vendió a Patrimonio forestal del Estado para la replantación de pinos, aunque hubo un intento de que no hubiera acabado así como bien comenta Florentino Rebollo:
´´ El gobernador civil de Guadalajara en aquellos años hizo una oferta a los vecinos que quedaban de construirles unas casas agrícolas en Pareja, debido a que era muy caro el proyecto de construir una carretera y llevar la luz a Hontanillas, salia más económico construir las viviendas en Pareja y desde allí podían subir diariamente a realizar las tareas del campo, pero la gente no aceptó, ya estaban por la labor de marcharse en busca de un mejor futuro y acabaron vendiendo el pueblo´´.
Posteriormente en los años 80 AMAT ( Asociación Madrileña de Ayuda al Toxicómano ) consiguió la cesión del pueblo para poner allí un Centro piloto de ayuda y rehabilitación de drogo-dependientes en situaciones limite. Realizaron tareas de acondicionamiento, limpieza, conservación y construcción de nuevos edificios, con el compromiso de escombrar todas las viviendas que estuvieran en mal estado y realizar un proyecto nuevo urbanizable con nuevos edificios.
El proyecto se quedó a medias debido a una serie de problemas internos que hicieron que unos años más tarde dicha asociación tuviera que marchar de Hontanillas, quedando la nueva remodelación del pueblo con casi todas las casas del pueblo escombradas y con apenas tres o cuatro casas de nuevo cuño en la parte baja del pueblo.
Casas que actualmente han sido aprovechadas para instalarse allí un grupo de neo-rurales que tratan de hacer una vida lo más ecológica posible, aunque alejada de la historia y de las costumbres de Hontanillas.

Llegando a Hontanillas.




Calle de Hontanillas.




Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción de Hontanillas.




Altar de la iglesia. 
En el año 1968 salió un reportaje sobre Hontanillas en la revista Blanco y Negro ( suplemento de ABC ) donde se mostraba el abandono reciente del pueblo y donde salieron unas fotografías de todos los objetos de culto situados en el altar y en la sacristía, a merced de cualquier expoliador o amigo de lo ajeno que se lo quisiera llevar, al estar el pueblo vacío nadie cuidaba de la iglesia, igual que lo vio el reportero que fue hasta allí lo podía ver cualquiera que fuera con otras intenciones. Dio la casualidad de que en ese mismo numero de la revista salia un reportaje sobre el bautizo del príncipe Felipe, por lo que se disparó la tirada de ejemplares, y mucha gente tuvo ocasión de ver el reportaje de Hontanillas y su abandono, lo que le valió muchas criticas al obispado de Sigüenza por desamparar su patrimonio, en unos años todavía de marcado fervor religioso.




Nave central de la iglesia, con la espadaña al fondo. Mucha polémica hubo con la única campana que tenia.
Testimonio de Florentino Rebollo :´´ Era una campana maravillosa, que se oía incluso desde Pareja y hay 6 km. de distancia. La había comprado el pueblo en los años 30. Pues al quedarse el pueblo vacío el obispo se la quiso llevar, lo que hubo una fuerte oposición de nosotros, que aunque ya no estábamos viviendo allí queríamos que siguiera en la espadaña donde había estado siempre. Pero no hubo manera, como no vivíamos en el pueblo nadie, una tarde vinieron con una furgoneta y se la llevaron para después venderla al pueblo de El Recuenco, algo que no era justo porque la campana era del pueblo´´.



Cuesta mucho hacerse una idea de la antigua fisonomía del pueblo.




En muchos casos hasta los antiguos vecinos tendrían problemas para ubicar donde estaba situada su casa.



La fachada frontal de la casa del tío Doroteo queda como uno de los escasos simbolos  arquitectónicos todavía visible entre tanta ruina.



Restos de viviendas que tratan de sobrevivir entre la vegetación.




Las inclemencias meteorológicas van dejando los escasos muros de las viviendas llenos de muñones.



La fuente de Hontanillas.




Alrededor de 50 cuevas o bodegas subterráneas excavadas en el terreno hay junto a Hontanillas. El expolio tan brutal en todas partes también se ensaño con estas maravillas arquitectónicas como explica Florentino Rebollo .
´´ La gente hizo un expolio tremendo en todas las casas del pueblo cuando nos marchamos y las bodegas tampoco se libraron. La gente trataba de llevarse las tinajas que había en el interior, pensaban que igual que habían entrado tenían que salir, y al intentar sacarlas se rompían, no sabían que las tinajas se traían cuando se hacia la bóveda central en el corazón de la cueva y allí se ponían, luego ya se iba cerrando y estrechando con armazón el túnel de acceso y el arco de entrada´´.

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