Agradecimiento para Donata Robredo, jovial y simpatiquisima informante de Altuzarra.
Situada en la umbría del barranco que forma el arroyo Altuzarra, es la más alejada de todas las aldeas de Ezcaray y seguramente la que pasaría los inviernos más crudos de todas ellas. Por algo seria que en la comarca se los conocía con el apodo de ¨rusos¨. Donata Robredo da fe de ello:
´´El invierno en Altuzarra era durisimo, al estar encajonado entre montañas y en la umbría, no daba el sol en todo el invierno, así que imagínate el frío que hacia, la lumbre puesta a toda hora, nevadas de un metro que no se deshacían en veinte dias, el río se helaba, había que romper con puntas el hielo para que pudieran beber los animales, y para lavar la ropa ni te cuento, fíjate si hacia frío que los jóvenes nos manteníamos todo el día metidos en el horno en vez de estar en la calle porque era el lugar más caliente´´.
Quince viviendas formaban esta aldea que vivían del cultivo del centeno y de la ganadería ( vacas y ovejas ).
El arroyo les proporcionaba buena cantidad de truchas, que suponían un aporte alimenticio extra a la carne.
Junto con las aldeas de Posadas y Ayabarrena formaban una agrupación en la que compartían todo (iglesia, cementerio,escuela y fiestas patronales), estando todo ello en Posadas, que era la más grande y la que estaba más céntrica.
Así se juntaban en Posadas en junio a celebrar a San Juan y en octubre a la virgen del Rosario, donde no faltaban nunca los gaiteros de Fresneda para animar el baile.
En septiembre realizaban la fiesta de Gracias, cuando se acababa de recoger el centeno.
Muy celebrados también eran los carnavales, donde todos los jóvenes se disfrazaban y recorrían las tres aldeas, almorzando en Altuzarra, comiendo en Ayabarrena y terminando con la cena en Posadas.
Esos días había costumbre de comer garbanzos y picado de cerdo.
El martes de Carnaval se iba pidiendo por las casas y con lo recogido (huevos, chorizo, morcilla, etc) se hacían meriendas en la casa concejo en Posadas.
´´ Igual nos juntábamos hasta ochenta mozos y mozas entre los tres pueblos, había que tener dieciocho años cumplidos para poder formar parte de estas reuniones. Yo cumplía los dieciocho en mayo y ese año pues me faltaban un par de meses para hacerlos, vino una comitiva de mozos a hablar con mi padre para que me dejara ese año formar parte del festejo de mozos y no hubo manera. Tenia diecisiete años y diez meses pero mi padre se negó rotundamente, hasta que no hiciera los dieciocho no había nada que hacer ´´ rememora Donata Robredo.
Las Navidades también eran unas fiestas muy esperadas en Altuzarra, no porque se hiciera ninguna celebración en la calle sino porque esos días el menú variaba sustancialmente al resto del año, así no faltaba en el plato el cordero, el pollo, bacalao, besugo blanco y de postre higos y pasas con miel. Porque miel abundaba en la aldea, varias familias tenían colmenas. Dulce alimento que se llevaba a vender a Ojacastro y Santurde o bien se intercambiaba por caparrones (alubias típicas riojanas).
El médico, el veterinario y el cartero venían desde Ezcaray, pueblo al que se solía acudir a hacer compras.
Tratantes de ganado de Vitoria y Burgos aparecían por Altuzarra para comprar corderos, cabritos o chivos.
Había molino en Altuzarra y horno. Horno que era donde se reunían los hombres para hacer las juntas de concejo.
Tuvieron luz eléctrica en las casas desde antes de la guerra, puesto que en Posadas había una central y abastecía a toda la comarca.
El agua para consumo lo cogían directamente del arroyo.
Poca diversión había en aquellos años para la gente joven y más en un lugar tan aislado, pero había que buscarla, como bien declara Donata Robredo :
´´ Los domingos nos íbamos a Posadas que había taberna y se hacían bailes, nos juntábamos una gran cantidad de chicos y chicas, hasta de Ezcaray venían algunos, había un par de mozos que tocaban el acordeón y la guitarra y a bailar.
Pero lo que a mi me gustaba era ir a la fiesta de los pueblos. Nos íbamos una amiga y yo hasta Valgañon que celebraba a San Antonio en junio. Nos levantábamos a las cuatro de la mañana, primero teníamos que dejar atendido el ganado, llevábamos las vacas a unos pagos que teníamos en el monte y luego tres horas andando hasta Valgañon, a la vuelta cenábamos en Azarrulla donde teníamos algún familiar y vuelta otra vez de noche hacia el pueblo, adonde llegábamos sobre las cuatro de la mañana. Así que fíjate veinticuatro horas fuera de casa´´.
La dureza del clima y el aislamiento que padecían fue empujando a los ¨rusos¨ hacia la emigración, pero lo que acabó por matar todo atisbo de vida en Altuzarra fue la repoblación de pinos que se hizo en los montes.
Donata Robredo lo tiene claro :
´´ Cuando se echaron los pinos fue el final para la gente, porque ya no se podía sacar el ganado a pastar, las cabras había que tenerlas encerradas en las majadas, por cualquier cosa te multaban, la gente se desanimó y terminó por marcharse del pueblo porque además no recibimos ayuda ni apoyo de ninguna institución ni de nadie´´.
Vitoria fue el destino mayoritario de los altuzarreños y algunas familias a Bilbao y Ezcaray.
El matrimonio formado por Antonio Robredo y Juliana Robredo, con una hija que vivía con ellos fueron los que acabaron cerrando el ciclo de vida en Altuzarra. Este hecho ocurrió en el año 1975.
Llegando a Altuzarra.
Entrando a Altuzarra por el camino de la majada del Gitano.
Llegando por el camino del molino.
Viviendas en la parte alta.
La última casa que se cerró en Altuzarra.
La casa del tío Justo. Marcharon a Ezcaray.
Lateral de la casa del tío Justo.
Lo que queda de la casa del tío Dionisio. Marcharon para Vitoria.
No todo es ruina en Altuzarra.
Vivienda, cuadra y granero.
Estando entera fue una buena casa la del tío Celedonio pero va camino hacia la nada.
Molino de Altuzarra.
Interior del molino. Muela volandera y eje.